Que la meseta castellana acumula siglos de historia no es ninguna novedad, dado que es la formación geológica más antigua de la península ibérica. Y es precisamente allí, en el límite septentrional de la misma, donde se erige el conjunto monumental ‘Patrimonio de la Luz’, una serie de galerías y canteras de piedra caliza que no te puedes perder.
Situadas en el corazón de Burgos, las cuevas y galerías que conforman el proyecto ofrecen un viaje al pasado. Una visita imprescindible al centro de la tierra caliza, reconvertida hoy en escenario de eventos, excursiones y paseos turísticos. Un eje, en definitiva, dinamizador de la comarca en la que se encuentra, que incluye los municipios de Hontoria de la Cantera, Cubillo del Campo y Tornadijo.
¿Te ha entrado curiosidad por saber qué se esconde bajo la roca burgalesa? ¡Viaja hasta su interior con nosotros para descubrirlo todo! Turismo, cultura, historia y más en un paseo inolvidable por el Burgos más rural (y profundo).
El conjunto monumental ‘Patrimonio de la Luz’ de Burgos está integrado por varias galerías excavadas en la roca caliza. Exactamente siete principales y algunas secundarias. Nuestra visita se centra en dos de las primeras, por las que es posible reservar un tour. Así que, si estás planteándote hacer turismo en Burgos y aún no tienes planes concretos, te invitamos a recorrerlas a nuestro lado.
Nuestro paseo arranca en la primera gruta, un lugar cargado de recuerdos que flotan en el ambiente. Nada más adentrarnos en la galería ‘La Catedral’ nos asaltan las imágenes de los canteros que hace años se abrieron camino en la tierra para terminar creando, a base de sudor y sangre, el espacio que es en la actualidad.
Un espacio que ya fue cárcel y almacén de explosivos durante la postguerra, y que hoy no es sino un túnel del tiempo. Un túnel que conecta con el pasado bélico de España, con esos recuerdos de hermanos enfrentados y puentes dinamitados. Los mismos puentes que se volaban a base de explosivos de trilita o munición durante el período en que la galería fue conocida como ‘El Polvorín de Hontoria’ del bando franquista.
Es por esto que a la entrada de ‘La Catedral’ (nombre bien elegido, puesto que alumbró parte de los sillares de la catedral burgalesa) le abordan al visitante ciertos flashbacks del pasado, los mismos que dotan al tour de un aura cultural único. La luz natural que se cuela a ráfagas desde un lucernario a las galerías intensifica esa fuerza histórica subyacente en el lugar, que adquiere su máximo esplendor en la sala final, un espacio circular cargado de posibilidades.
‘La Catedral’ sorprende por varios motivos, uno de ellos el tamaño. A medida que uno avanza por sus cavidades, percibe un ensanchamiento notable del espacio central (por donde se movían las camionetas para cargar la piedra o la munición) y de los laterales que servían de almacén. La sensación de claustrofobia es mínima y se trata de un plan familiar obligado.
Hacer una visita guiada por el interior de esta galería, que fue clausurada por el Ministerio de Defensa en 1994 y perdió poco después el interés militar, es posible desde mediados de 2020. El amplio espacio que posee en todos sus tramos (con túneles de cinco metros de altura y una hectárea de superficie total) dota a la galería de un potencial turístico poderoso.
Una vez recorrida cada gruta de ‘La Catedral’ damos el salto a otra de las canteras de Burgos más singulares: ‘El Pozo’. Al entrar se respira en ella la explotación minera que fue practicada allí. De ‘El Pozo’ se extrajo la caliza con la que se construirían en la región monumentos emblemáticos como la Casa del Cordón o el centro monástico de San Pedro de Arlanza.
Una puerta al paraíso de la caliza blanca. Un descenso al subsuelo burgalés hoy inactivo en su vertiente minera, pero con fuertes posibilidades patrimoniales. Del conjunto de galerías subterráneas de Burgos que conforman ‘Patrimonio de la Luz’, ‘El Pozo’ es la segunda que está abierta al público y posee pasadizos dignos de ser descubiertos.
Y la razón de ello, aunque suene paradójico, está en el cielo; una vez desciendes a la galería, es posible admirar la antigua grúa con la que se extraía la piedra con solo mirar hacia arriba. Durante todo el paseo, aprenderás las técnicas de extracción de la roca, que han variado (a veces no tanto) en función de las épocas.
‘El Pozo’ fue, además, el enclave elegido para abastecer de agua la explotación, lo que hace de la cavidad un punto singular de la ruta: no solo construyó parte del patrimonio burgalés con su piedra, sino que también se prodigó en agua. Curioso, ¿no es cierto?
Y para quienes vean en la experiencia una oportunidad para ponerse a prueba en su papel de canteros, el proyecto disponibiliza algunas mazas para arañar las paredes. Dado que las primeras maquinas no entraron a la galería hasta el siglo XX (al sustituir los candiles de brea por la luz en 1945) lo cierto es que la práctica ayuda a conocer las condiciones de los mineros en la antigüedad.
¿Estás preparado para picar como todo un oficial de primera? No te preocupes; no tendrás que cargar la piedra hasta ninguna vagoneta ni impulsarla al exterior a través de la claraboya. Lo que sí harás es sentir el tacto de las paredes, con sus marcas de picos y candiles, y el olor de la caliza en las rozas, los pequeños canales de extracción creados en la cantera por los primigenios mineros.
Dado que el conjunto monumental ‘Patrimonio de la Luz’ lo integran más canteras, a las que fueron clausuradas y aprovechadas para usos turísticos se le suma una que se mantiene en activo. Nos referimos a la explotación minera que sobrevivió, donde aún se produce la mítica Piedra de Hontoria.
Y ésta se encuentra en la llamada Galería ‘El Águila’, tradicionalmente conocida como Mina Agustín. En ella todavía sigue produciéndose, de mano de la empresa Calizas de Burgos, la piedra blanca tan apreciada en la construcción, motivo por el cual no está abierta a turistas ni visitantes.
Gracias a la iniciativa de varios emprendedores de la comunidad, ‘Patrimonio de la Luz’ pudo dejar de ser una conjunción de canteras olvidadas para convertirse en ese polo dinamizador que es hoy. Y todo porque en las galerías inactivas de ‘La Catedral y ‘El Pozo’ es posible organizar eventos bajo demanda en la actualidad, regalando a los asistentes experiencias únicas que combinan historia, naturaleza y cultura en un solo lugar.
Si fuera preciso resumir la experiencia en una sola palabra, la escogida sería ‘marcante’. Sí, porque lo que causa en el visitante el subsuelo burgalés y el gran abanico de posibilidades que el lugar ofrece es una impresión para el recuerdo.
A la oferta de tours actualmente vigente puede sumársele pronto otra forma de revitalización comarcal: la gastronomía regional. Y es que, entre los planes a futuro del proyecto, destaca la propuesta de impulsar un restaurante en pleno conjunto monumental para degustar la cocina burgalesa o vivir catas de vino inolvidables en la Ribera del Duero y del Arlanza.
Ahora que sabes de la existencia de este paraíso subterráneo… ¡Atrévete a planear tu viaje de turismo! Visita ‘Patrimonio de la Luz’ en Burgos y déjate sorprender por la fusión de patrimonio, naturaleza e historia del lugar. Contacta con nosotros para resolver tus dudas.