En esta etapa, el viajero sale de Logroño cruzando el parque de la Grajera y su embalse, donde es habitual ver a pescadores y gente practicando deportes náuticos. Tras ello, a unos 10 km. de distancia está Navarrete, en cuya entrada se encuentran las ruinas del antiguo hospital de peregrinos de San Juan de Arce, cuya portada fue salvada e instalada en el actual cementerio de la localidad.

En Navarrete podemos visitar la iglesia de la Asunción, del siglo XVI. Tras ello, seguiremos camino hasta llegar a Nájera, ciudad de origen medieval que fue capital del reino de Navarra, y donde podemos ver el monasterio de Santa María la Real.

Tras salir de Nájera, recorreremos caminos rurales (algunos asfaltados) hasta llegar a las pequeñas localidades de Azofra y Cirueña. Antes de llegar a ésta hay un ligero repecho, seguido de una urbanización y un campo de golf de reciente construcción. Tras Cirueña, recorremos 6 km. más hasta llegar a Santo Domingo de la Calzada, nombrada tras uno de los santos más conocidos y asociados al Camino.

Desde Nájera o Santo Domingo podemos hacer también una excursión a San Millán de la Cogolla, sede de los monasterios de Suso y Yuso, donde se escribieron los primeros textos en lengua castellana.

En esta etapa abandonamos la Rioja para entrar en Castilla; los viñedos son sustituidos poco a poco por campos de cereales. El primer pueblo que encontramos en Castilla es Redecilla del Camino, con una iglesia donde se conserva una pila bautismal del siglo XII. Tras pasar por Castildelgado y Viloria de Rioja, llegamos a Belorado, un pueblo donde podemos visitar iglesias como la de Santa María.

Aquellos interesados en la tecnología pueden ver también el Museo de Radiocomunicación Inocencio Bocanegra, con una amplia colección de radios que se remonta a la I Guerra Mundial.

Gran parte de esta etapa transcurre junto a la carretera N-120, por lo que es conveniente ser prudente, especialmente en los tramos donde se cruza ésta.

El primer pueblo que encontraremos tras salir de Belorado es Tosantos, donde podremos ver la ermita de la Virgen de la Peña, excavada en roca. Tras ello cruzamos Villambistia y Espinosa del Camino hasta llegar a Villafranca Montes de Oca, un pequeño pueblo en cuyas afueras hay otra bella ermita.

Tras Villafranca comienza la etapa de los Montes de Oca, una de las más dificultosas del Camino por sus cuestas. Los bosques por donde transcurre eran en la antigüedad refugio de bandidos; afortunadamente, el único riesgo en la actualidad es para las piernas de los caminantes. Al fin, tras cruzar el bosque y los montes, llegamos al monasterio de San Juan de Ortega, donde está enterrado el santo de idéntico nombre, uno de los que más contribuyeron en la Edad Media a hacer el Camino más transitable.

Nota: San Juan de Ortega es un pueblo pequeño, así que el viajero puede optar por hacer noche en Atapuerca o Agés. Consúltenos y nosotros nos encargaremos de todo.

Tras salir de San Juan, pasaremos por Atapuerca, conocida por su yacimiento prehistórico, que ha sido catalogado como Patrimonio de la Humanidad. Tras cruzar los pueblos de Cardeñuela-Riopico y Orbaneja, llegaremos a las afueras de Burgos. El Camino “tradicional” de entrada a Burgos supone más de 10 km. Caminando entre los polígonos industriales de las afueras de la ciudad. En su lugar, aconsejamos tomar una pista de tierra que nos llevará hasta el pueblo de Castañares, y de ahí a la ciudad.

El centro histórico de Burgos es uno de los lugares más bellos que podrá encontrar el viajero. Podrás ver la espectacular catedral gótica, así como la plaza del Rey San Fernando y el arco de Santa María.

Salimos de Burgos cruzando el campus universitario y nos adentramos en la Meseta, la gran planicie castellana. En estas etapas habrá pocos árboles y poca sombra, por lo que aconsejamos ir preparados (sombrero, crema solar...).

Pasamos por los pueblos de Tardajos y Rabé de las Calzadas, donde hay una bella ermita a la salida, y comenzamos una subida que nos llevará a Hornillos del Camino, un pueblo medieval construido alrededor de la peregrinación.

Tras Hornillos, seguimos nuestro camino a través de la Meseta castellana, entre campos de trigo y atravesando los pueblos de Arroyo San Bol y Hontanas. Justo antes de llegar a Castrojeriz atravesaremos uno de los lugares con más magia del Camino: las ruinas del monasterio de San Antón.

Castrojeriz es un pueblo con varios albergues y tres iglesias que merece la pena visitar, en especial la de Nuestra Señora del Manzano, que alberga hoy en día un museo de arte religioso.

Nada más salir de Castrojeriz, tendremos que afrontar la subida al alto de Mostelares, el punto más alto de la Meseta. Una vez coronado, entramos en la Tierra de Campos, conocida como el granero de España. Cruzamos el río Pisuerga a través del Puente Fitero (o Puente de Itero), un puente medieval situado junto a un antiguo albergue de peregrinos, y cruzamos los pueblos de Itero de la Vega y Boardilla del Camino. En este último pueblo hay que detenerse para contemplar su rollo de justicia, uno de los mejor conservados de Castilla.

Tras Boadilla, el camino sigue el trazado del canal de Castilla, una de las obras de ingeniería más importantes construidas en España en el siglo XVIII. Se construyó para facilitar el transporte de grano desde el interior de España hasta los puertos del norte. Seguimos el canal hasta llegar a Frómista, nuestro destino. Lo más reseñable de este pueblo es la iglesia de San Martín, de origen románico pero restaurada extensamente durante el siglo XIX.

Hoy nos espera una etapa prácticamente llana por Castilla, siguiendo la carretera. Poco antes de llegar a nuestro destino, nos encontraremos con el pueblo de Villalcázar de Sirga, fundada por los templarios, en donde podremos visitar la iglesia construida por esta orden.

Carrión de los Condes, nuestra siguiente parada, es otra de las localidades que crecieron al amparo del Camino durante el auge de éste. Media docena de iglesias y diversos albergues así lo atestiguan. También podemos visitar el monasterio de San Zoilo, convertido hoy en un centro de documentación sobre el Camino.

Tras Carrión de los Condes encontraremos el tramo más largo del Camino entre un pueblo y otro (17 km.), hasta llegar a Calzadilla de la Cueza, por lo que aconsejamos ir bien aprovisionados y protegidos contra el sol. El trayecto sigue la antigua "vía Aquitania", una vía romana que unió Burdeos (Francia) con Astorga.

Tras Calzadilla de la Cueza, encontraremos algunos desniveles que aliviarán algo la monotonía del Camino. Pasaremos por Terradillos de los Templarios, pueblo cuyo nombre demuestra la presencia de la famosa orden militar por estas tierras (como ya vimos en Villalcázar de Sirga), y después por Moratinos y San Nicolás del Real Camino, último pueblo antes de entrar en la provincia de León.

Sahagún, nuestro destino, es un pueblo que crecíó en torno al monasterio benedictino de San Benito, que llego a ser uno de los más importantes de España, hasta el punto de ser llamado el "Cluny español". De él sólo quedan en la actualidad las ruinas.

Seguiremos camino partiendo de Sahagún, entre campos de trigo. El Camino en esta zona va siguiendo la carretera, pero está bien señalizado y acondicionado. Incluso se ha construido una pista asfaltada a un lado para quienes hacen el Camino en bicicleta. Tras cruzar Bercianos del Real Camino, llegamos a El Burgo Ranero. El paisaje sigue siendo llano después, pero se han plantado árboles junto al Camino para que den algo de sombra. Pasaremos por Reliegos antes de hacer una parada en Mansilla de las Mulas, donde podremos contemplar la muralla medieval.

Después llegaremos por fin a León, una ciudad monumental con cientos de años de historia. Justo antes de llegar a ella, en el alto del Portillo, cruzaremos la carretera a través de un puente instalado hace pocos años.

En León hay que visitar por supuesto la catedral gótica, una de las más famosas de Europa, pero también podremos ver la Casa Botines, obra de Antonio Gaudí, y probar las tapas del Barrio Húmedo.